Por : Joel Bernal > para mas informacion visita mi sitio
El aura es un campo electromagnético que rodea a todos los seres vivos y lo protege de los agentes patógenos provenientes del entorno exterior.
El aura de los seres humanos afecta los lugares en los que viven. De allí que muchas veces entramos a un lugar a simple vista agradable y nos sentimos incomodos; o todo lo contrario, podemos experimentar una agradable sensación en un lugar desordenado. Esto sucede porque los lugares ejercen un cierto influjo sobre las personas sensibles, lo cual les provoca reacciones emocionales concretas.
Todo objeto está sometido a dos flujos vibratorios, uno proveniente de su estructura interna y el otro de su entorno exterior. La zona donde se produce el encuentro de los dos flujos es lo que se denomina “aura”. De manera que el aura de un objeto resulta de la interferencia que se produce entre la vibraciones que los componen y las de los que le rodean. Todas estas vibraciones tienen su origen en la energía del Espíritu.
Todo posee un aura, cuya intesidad varía en función de su masa y de su naturaleza vibratoria.
El aura del hombre se presenta bajo la forma de un halo luminoso que rodea al cuerpo y cuyos colores son más perceptibles alrededor de la cabeza y de la espalda.
El aura sólo la pueden ver aquellas personas dotadas para ello, o bien mediante fotografías obtenidas por las llamadas cámaras Kirlian.
El conjunto de colores que puede tomar en el hombre consta de 19 colores que están comprendidos entre el color negro y el blanco.
El tono del aura puede cambiar según el estado psíquico, mental, emocional y espiritual del momento, ademas, al estar recibiendo vibraciones de todas los seres que nos rodean podemos captar vibraciones positivas que cargan nuestra aura de energía positiva o por el contrario captar vibraciones negativas que afectan nuestra aura y podemos sentirnos depresivo o angustiado. El color predominante está ligado por una parte, a el estado general de la salud, por otro lado al grado de evolución. Este color puede cambiar en función de los ideales.
Cuando nos sentimos bien, los colores azules alcanzan mayor saturación y luminosidad, el resto de energía no se irradia hacia el exterior, y es por eso que mantenemos nuestros pensamientos y sentimientos positivos.
Cuando nos sentimos mal emitimos grandes cantidades de energía hacia el exterior.
Los colores suelen ser rojo, naranja y verde
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